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Christine Campbell (The New Adventures of Old Christine)

viernes, 12 de abril de 2013

Anna Karenina y sobre las adaptaciones cinematográficas


Cuando vi que anunciaban la realización de un clásico de las letras universales como es el de Anna Karenina de Lev Tolstoy y que no solo eso, sino que quien iba a ponerse detrás de las cámaras era el talentoso Joe Wright que había demostrado con Orgullo y Prejuicio y Expiación que las adaptaciones no eran problema para él, debo de confesar que además una de mis películas favoritas (sino mi película romántica favorita) es la segunda por lo que tenía que ver esta nueva película de Wright, incluso después de la decepción que me había supuesto Hanna (2011).

He de confesar que antes de que anunciaran la película en manos de este director británico apenas había escuchado de la grandiosa obra de Tolstoy por lo que me puse a leerla, también confesaré que al principio me costó un poco conectarme con la historia debido a que el magnífico escritor ruso gustaba de extensas descripciones que más adelante tal como diría Thomas Mann esa minuciosidad es lo que hace grande a una historia, así que poco a poco me fue conquistando la historia de esta aristocrata rusa, Tolstoy hace un gran fresco de la sociedad imperial de Rusia a finales del siglo XIX, con los años convulsos del Emperador Alejandro II que traería muchos cambios en todos los niveles económicos de Rusia y que sería el preludio para lo que vendría después con la Revolución Rusa.

Tolstoy comienza su historia con la bellísima Anna Karenina de San Petersburgo que es una mujer de educación, inteligente y muy amada por todos, pero que tras conocer por azares del destino a un guapo comandante militar de nombre igual a su esposo Alexey Vronsky de quien termina enamorándose perdidamente y la lleva a protagonizar un escándalo de gran revuelo en la época, a medida que la relación se desarrolla llega un momento en que solamente se deteriora debido a la fuerte presión que se ejerce sobre Anna.
Esta historia se ve también acompañada de la de Levin y Kitty de igual importancia en la que se puede ver el amor desde otra perspectiva, desde la aceptación y la felicidad, dos caras muy diferentes de la misma moneda.

Hace una descripción muy vasta y completa sobre la ociosidad e hipocresía que existe en dicha sociedad, donde se aplaude ciertas actividades dañinas pero que también impone reglas bastante duras que si son rotas costarán no sólo la permanencia en dicha sociedad sino la tranquilidad que terminaría orillando incluso a la pobre protagonista a una fatal muerte. Y cabe decir que esta obra está plasmada de muchísimas reflexiones en modos de pensamientos de los mismos personajes sobre el amor, la felicidad, la economía (donde desarrolla varias de sus ideas sobre los campesinos) que dotan a dichos personajes de matices incomparables que solo un genio de la talla del escritor ruso se podría lograr.

Ahora, el día de hoy tuve la ¿fortuna? de ver la esperada película de Wright y lo primero que me vino a la mente fue querer salir de la sala, sinceramente había empezado, tenía unos 10 minutos en pantalla y quería huir, creo que desde el primer momento en que vi que se desarrollaba en un teatro (literalmente) quise simplemente huir, sin embargo le di una oportunidad a la película, lamentablemente no mejora demasiado, tiene escenas precisas y muy bien trabajadas en el aspecto técnico, pero todo se ve como una gran envoltura de una obra mancillada, tijereteada y con poca fuerza narrativa.

Como he leído en varias críticas, Wright quiso llevar la idea de que las mismas formas aristocráticas de la Rusia Imperial eran bastante teatrales y llegando a rídiculas, sin embargo parece que el mismo desarrollo de la historia en un teatro dota a lo que estamos viendo de una sensación de impostura, de falsedad, de incomodidad y es que en ningún momento sentí lo que me hizo sentir la novela, tal vez en momentos muy específicos como en la carrera de caballos o las escenas de Stiva (el actor de apellido complicado de recordar que fue Mr. Darcy en Orgullo y Prejuicio) pero en general me dejó perplejo de como se le despojó de toda el alma de la novela, ni siquiera las escenas desgarradoras de Anna y su hijo se comparan con el libro, Wright prefirió forma sobre figura.

Y pudiera continuar porque Anna Karenina es de las mejores novelas que he leído y jamás leeré en toda mi vida, eso es irrefutable, la grandeza de dicha novela no puede ser representada en otro medio, me doy cuenta que es una novela completamente inadaptable porque se pierde lo más importante en dichas adaptaciones y pues claro, viene siempre el mil veces tema tratado sobre de que son dos medios diferentes el libro y la película por lo que no se pueden comparar, de hecho si hubieran querido hacer algo muy fiel, la película sería pesada, solamente que pienso que debería de haber en Hollywood cierto tipo de novelas intocables, que ninguno pudiera comprar sus derechos para que no se le vean las costuras a los mismos realizadores y queden en rídiculo como en esta película defectuosa, lo que le reconozco a Wright es sin duda su valentía de aventurarse con semejante obra